martes, 18 de abril de 2017

El sepelio de la Carmela.



La más requerida del burdel había muerto esa mañana de domingo. El pueblo que no faltaba jamás a misa estaba allí/ congregado frente al Señor.
Sus compañeras marcharon juntas hacia la puerta de la iglesia y esperaron a que los hombres del pueblo salieran/ para pregonarles de viva voz / que la Carmela había muerto. Las esposas quedaron estaqueadas/ incómodas/ con el brazo doblado pero vacío mientras ellos corrían a ver como la muerta se les iba.
Los perros se rascaban las pulgas o apoyaban sus hocicos entre las patas/ adormecidos y sumisos frente a la puerta rosa. El pueblo había quedado vacío.
El lunes/ al cortejo/ se unieron en larga fila los santos de las estampitas que convivían en su cuarto/ después/ sus compañeras/  los hombres/ el boticario -su mejor cliente- y por último los perros / conocedores del atajo que las noches escondían.

En la frescura interior de las casas quedaron apoltronadas las esposas legales y sus hijos junto a los viejos que ya no mordían.

lunes, 23 de enero de 2017

Estaciones de serpientes

Se repiten iguales las estaciones del tren
la mujer que las asea
barre cabellos blancos
y la campana muerde la mano del que la agita
El cielo a veces se enoja o aburre
y escupe la escena
Unos niños corren entre los viajeros
saltan sobre las valijas
antes de envejecer
Sus madres los llaman por sus nombres
y cuando vuelven
llegó el tiempo de enterrar a sus madres
El tren como una víbora se marcha entre malezas
Consecutivo a veces dobla

y es reptil cuya boca muerde destinos.

Sigilosa - 2017

No moro en este sitio de risas
nada me convoca más a huir
que las carcajadas húmedas
Acostumbrada a no asustar a los pájaros
me transcurro hierba/ silenciosa
sigilosa mirante.
Mañana / hoy / o cuando seas
y descanses en mi hombro
seré tus migas

me amasaré pan en tu alimento.